El Dilema.

El hombre se ha lanzado al espacio, la ciencia permite descubrir nuevas formas de vida, planetas que seguro se encuentran habitados con seres semejantes a nosotros o no. Considerándose la bastedad del Universo, podemos asegurar que no estamos solos, nada más tenemos que ver la bóveda celeste integrada por millones de sistemas solares, sería un cruel sarcasmo si creyéramos que somos los únicos seres viviente y pensantes del Macrocosmos.

Si un día llegamos a tener relaciones con un planeta habitado con una humanidad con mayores adelantos material, ética y espiritualmente que nuestra humanidad, ¿Qué le vamos a mostrar nosotros? ¿Nuestros panoramas sociales o políticos? ¿Los gastos bélicos de las naciones? ¿La fatídica imposibilidad para controlar nuestras pasiones humanas? ¿La corrupción pública y privada? ¿Nuestra impericia para cuidar el patrimonio de los recursos naturales?

¿Qué dirían las razas cósmicas ante la mirada de los niños tristes, famélicos, maltratados e ignorantes, carentes de porvenir, educación, amor y salud?

Ante tan desastroso escenario, es innegable que la Ley de Acción y Reacción resuena en todos los confines del Universo y en algún momento las razas cósmicas reaccionarán ante la inminente destrucción, ya que nuestras acciones les afectan en sus mundos y existencias.

Ahora, imagina que un día te visita un ser de estas razas cósmicas y te enseña un mundo que se encuentra en una etapa espiritual y mental más elevada que nosotros, que al imperar la paz en su planeta, se volvieron contemplativos y eso los estancó en el plano material,  por tal razón necesitan conocimiento científico -materiales, para así superar a otras razas quienes con su superioridad científica, podrían volverse belicoso con graves consecuencias como las que los terrestres conocemos de sobra.

Imagina entonces que tu eres ese humano candidato para enseñar tales atributos, que te invitan a visitar su planeta y como intercambio te enseñaran la aplicación de la estructura y función de La Mente como Sistema, te explican su sistema de gobierno, de justicia, social y demás enseñanzas y formas de vida, que los ubica en estado de paz y fraternidad con otras razas.

La condición es que guardes discreción sobre esta situación incluso con tus familiares, estar firme y convencido, ya que renunciarás al planeta Tierra, pues estarás ausente varios años luz, eso implica que no volverás a ver el mundo y sus habitantes como los conocías. Algún día regresarás con todo el conocimiento aprendido en ese planeta que te acogerá, para intentar implementar las enseñanzas en tu mundo y así lograr elevarlo espiritual y mentalmente, alcanzando la tan añorada paz mundial.

Tienes 3 días para decidir aceptar la invitación o no. ¿Cuál sería tu respuesta?

Este es el tema de un libro que estoy leyendo llamado “Iridio”, que encontré en una de las librerías antiguas que frecuento, que me ha hecho reflexionar mucho y que quise compartir con ustedes.

Si he podido despertar tu curiosidad sobre este tema, te invito a cuestionarte y a preguntarle a las personas cercanas a ti qué harían ante este dilema. Gracias por leerme.

Melissa

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