En esta ocasión quiero escribir sobre 3 mujeres de la historia que al leer sobre ellas manifestaron en mí un deseo de empatía, admiración e inspiración.
Debo confesar que descubrí a cada una de ellas, en alguna etapa de mi vida y que al ir leyéndolas sentía como si cada una me fuera dando la fortaleza necesaria para lo que yo misma estaba vivenciando.
María Antonieta Valeria Rivas Mercado.
Comenzaré con Antonieta Rivas Mercado, la promotora cultural más importante e influyente en el México del siglo XX. Hija de Antonio Rivas Mercado, arquitecto destacado de la época y en mi caso en particular, el prototipo de padre que me hubiera gustado tener, siempre y cuando yo hubiera sido Antonieta, pues era su hija favorita y la más afín a él.
La descubrí escuchando una estación de radio en la que estaban promoviendo un libro sobre su vida, escrito por su nuera. Al escuchar sobre su vida quedé fascinada y ese mismo día yo ya estaba comprando el libro para terminarlo de leer en 3 días.
Con la intensidad que me caracteriza, empecé a obsesionarme por saber más de su vida, así que investigué todo lo que estuvo a mi alcance. Hasta asistí a una cena organizada por la Escuela de Gastronomía de Yuri de Gortari, en donde Edmundo Escamilla, relataría la historia de la época con platillos típicos y en donde conocí a la nuera e hijo de Antonieta, creo que lloré al agradecerles por la existencia de Antonieta jajaja.
He visitado la casa-museo y conocido a la escritora Taydé Acosta quién más profundizó sobre su vida y obras. Recuerdo que en la plática con ella, lo que más me impresionó fue la inagotable energía para crear arte, escribir con tanto fervor, pero también la inagotable fe que tenía en las personas, de ahí que haya experimentado tantas decepciones.
Yo estaba pasando por el primer duelo en mi vida, me había divorciado. Entonces la vida personal de Antonieta la sentía de alguna manera paralela a la mía. Había fracasado en el amor, había escogido mal, así como ella; había enfocado mis energías en la cultura, así como ella; curiosamente en esa época había encontrado refugio en un círculo de amistades intelectuales, así como ella con “Los Contemporaneos”.
Multifacética, ella escribía y actuaba, hablaba varios idiomas, pintaba, bailaba, financiaba muchas obras de teatro, revistas culturales, editó libros, fue creadora de la Orquesta Sinfónica de México e incluso incurso en la política de México, relatando las crónicas de la campaña presidencial de José Vasconcelos. Ella soñaba con un México vanguardista, culto, educado y con su rebeldía estaba logrando hacer la diferencia. Sin embargo también era muy pasional y confiaba mucho y eso le cobraba factura siempre, por lo que constantemente la traicionaban.
Yo me encontraba lidiando con la soledad y la falta de propósito, así que leer las cartas de Antonieta me hacían sentir que en todo el universo había alguien que sentía lo mismo que yo y que entendía mi sentir. ¡Ay qué tiempos aquellos!.
Falleció a los 31 años muy joven y abatida por la última traición amorosa de José Vasconcelos y la pérdida de la custodia de su hijo, ya con su padre fallecido y rechazada por su madre, ¿que le quedaba?, así que decidió terminar con su vida en Notra Dame. ¡Cuanta tristeza dije!.
A la fecha sigue siendo una de mis mujeres favoritas y tiene un lugar muy especial en mi corazón.
Si he podido despertar tu curiosidad sobre el tema, te invito a continuar investigando por tu cuenta. Gracias por leerme.
Melissa